Otro vivero que me ha gustado mucho es Toju-en, donde he coincidido con un aleman y su chica. Hemos conseguido descifrar los precios, que estaban en caracteres japoneses y nos hemos tirado como lobos sobre los itoigawas pequenos. Ains, que falta de voluntad, he vuelto a pecar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario